La Iglesia necesita hoy, más testigos que maestros.
Este domingo último del mes de abril clausurábamos el Congreso Misionero Nacional en nuestra ciudad de Puyo, es la primera vez que se celebra un Congreso misionero a nivel nacional en la Amazonía. 250 personas se reunían del 26 al 28 de abril en el centro pastoral Intipungo, venidos de las distintas provincias del Ecuador, agentes de pastoral misionera, animadores diocesanos, obispos, sacerdotes, consagrados y laicos para vivir una experiencia que dejará huella misionera en sus vidas. Experiencia que compartirán en sus diócesis, en sus parroquias y comunidades para fortalecer la dimensión más importante en la vida de la Iglesia y del ser cristiano, ser misionera.
Un cristiano sino es misionero no es buen cristiano, la fe que recibimos no es para vivirla hacia dentro sino para contagiarla hacia fuera, compartiéndola con los que no la tienen o la han perdido o no la viven.
El lema iluminador de este encuentro es el que ha sido escogido por la Iglesia para el Congreso internacional misionero CAM6, que se celebrará en Puerto Rico el próximo mes de noviembre.” América, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo”.
Es una llamada urgente a nuestro continente América, al que se le ha llamado continente de la esperanza, para que sintamos que esa esperanza se pierde cuando no se vive la fe misionera, para que sintamos y seamos conscientes que nuestros pueblos y nuestra gente va perdido la fe, ha dejado debilitar su fe porque no ha vivido la buena noticia del evangelio que anuncia el misionero.
Ya nuestros niños, nuestros jóvenes y nuestras familias no son alimentados por la vida del Espíritu sino por un ambiente enrarecido que contamina las mentes y el corazón de una sociedad que se cierra a la acción del Espíritu, una sociedad materialista que se vuelve de espaldas y no sabe ver a donde lleva una realidad basada en el solo confort y la comodidad, una sociedad basada en la filosofía del tener en vez del ser.
Sociedad que no promueve los verdaderos valores que construyan familias sólidas y fuertes basadas en el amor y la fidelidad, sino más bien favorece el individualismo y la falsa libertad, la codicia que les hace indiferentes ante la necesidad de los demás, apartados de la verdad de experimentar hay más alegría en el compartir con los demás que en el guardar para sí.
Este Congreso nacional misionero nos ha mostrado la experiencia que todavía hay jóvenes y adultos que entregan su vida por los demás siguiendo a Cristo, como camino verdad y vida. Que hay familias que han sabido acoger a los participantes en sus casas para aprovechar la oportunidad de ese compartir en la fe y en la caridad, no solo el alimento material de un plato de comida en la mesa sino trasmitir, que el Espíritu Santo mueve a las personas a salir de si y las trasforma para ser testigos del amor de Dios con su palabra y con su actuar misionero.
Ciertamente el mundo no se salvará por la sabiduría de los maestros, sino por el testimonio de fe y amor de las personas que llenas de la fuerza del Espíritu Santo son y hacen testigos de Cristo en el mundo. Oí a un predicador domínico que decía,” la palabra está enferma, porque ya la palabra sola no convence ni sana, La gente aprende más con el ejemplo que con las palabras. Nos preguntamos, ¿cómo educamos en nuestros hogares? ¿los padres de familia son ejemplo para sus hijos? ¿cómo educamos en nuestras escuelas y colegios? ¿son los profesores ejemplo para sus alumnos? ¿son los sacerdotes y consagrados ejemplos para sus comunidades y parroquias? Solo con el testimonio podremos ser creíbles para los demás, por ello afirmamos, que hoy se necesitan más testigos que maestros en la Iglesia y en el mundo. y por ello Jesús nos lo pide “y de ello ustedes son testigos. Esta pregunta nos apremia para decir como el apóstol Pablo,” hay de mi sino evangelizo” sino soy testigo de amor , de esperanza , de verdad, de justicia , de los valores permanentes que encontramos en el evangelio de Jesús. Decía Santa Teresa: obras son amores y no buenas razones. La única razón que convence y que salvará el mundo es el amor hecho servicio, es la de aquel que da la vida por amor como Cristo.
Agradecemos este testimonio que el Congreso Nacional Misionero ha dejado en nuestra mente y nuestro corazón en nuestra ciudad de Puyo, una experiencia de fraternidad, de comunión y participación misionera, sembrando alegría y esperanza. América despierta, con la fuerza del Espíritu Santo, testigos de Cristo para cambiar el mundo. con un compromiso misionero si se puede, en el marco de una Iglesia sinodal, donde juntos caminamos guiados por el mismo Espíritu debemos ser testigos antes que maestros.
Rafael Cob García, Obispo de Puyo.
TODO LAS TRANSMISIONES QUE SE VIVIÓ EN EL CONGRESO MISIONERO NACIONAL: