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IGLESIA AMAZÓNICA: MUJERES INDÍGENAS ALCANZAN DESAFÍOS, HACIENDO REALIDAD SUS SUEÑOS

julio 19, 2021

Los frutos del Sínodo Amazónico van llegando para dar respuesta a los desafíos que el Sínodo planteó, buscar nuevos camino de evangelización.

Nuestro Vicariato de Puyo llevado por el espíritu del Sínodo Amazónico y la Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonia” ha hecho realidad los sueños del Sínodo ,confiriendo  su Obispo por primera vez en la Iglesia, los ministerios de Lectorado y Acolitado a mujeres indígenas, una vez que el Papa Francisco  en el mes de enero pasado reformó lo establecido por S Pablo VI y modificó el canon 230 del DC. con el motu proprio “Spiritus Domini“.

Es notorio que en la Amazonia, el papel de la mujer ha sido esencial para la Evangelización especialmente la mujer consagrada .En el Sínodo fue relevante la participación de la mujer, no solo mujeres consagradas sino también laicas.

En el documento final del Sínodo aprobado, son varios números en que se habla del papel de la mujer. La presencia y la hora de la mujer nº99, El concilio VT.II. “ ha resaltado  el lugar protagónico  que  la mujer ocupa en la Iglesia”nº100.

“Reconocemos la ministerialidad que Jesús reservó para las mujeres. Pedimos revisar el Motu proprio de S. Pablo VI para que también mujeres adecuadamente formadas y preparadas puedan recibir los ministerios del Lectorado y Acolitado entre otros a ser desarrollados” nº 102.

El Papa decía en EG.nº103.” Las Iglesia en la Amazonia quiere ampliar  los espacios  por una presencia  femenina mas incisiva  en la iglesia “

En Querida Amazonia el Papa nos dice En la Amazonia hay comunidades que se han sostenido y han trasmitido su fe  …gracias a la presencia de  mujeres fuertes, generosas, ciertamente  llamadas e impulsadas por el Espíritu Santo…Ellas mismas en el Sínodo conmovieron a todos con su testimonio” QAnº99

En la comunidad indígena Quichua de Boberas, el 19 de junio, día del aniversario en que el Ecuador fue consagrado al Corazón de Jesús. Este día , tres hombres y dos mujeres indígenas recibían el gran regalo del ministerio de Lectorado y Acolitado para servir a su pueblo con la palabra de Dios y con la distribución de la Sagrada Eucaristía.

Jesús sacramentado quedaba en el sagrario del templo como un vecino más, al que el pueblo podrá acudir para adorara Jesús Eucaristía y alimentar su alma comulgando sacramentalmente con el gran regalo de la Eucaristía .Aurea y Susana, dos mujeres que fueron formadas en la escuela del CEFIR  por tres años para servidores indígenas  y recibiendo el curso especifico de  los ministerios  que recibieron.

Con ello respondemos a las palabras que el Papa Francisco nos dice en su Exhortación:  Querida Amazonia:” Sueño con comunidades cristianas capaces  de entregarse y encarnarse en la Amazonia ,hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos  amazónicos” nº7.

Este acontecimiento dentro de la sencillez y la pobreza de  una Iglesia que crece y madura con la ternura femenina del servicio a los pueblos indígenas más  alejados ,pero  con gran amor a  los hermanos más vulnerables , a estos territorios  donde solo  hay presencia  itinerante  del sacerdote. Notamos que el Espíritu Santo está soplando en nuestra Amazonia y marcando los nuevos caminos en el trabajo evangelizador con nuestros hermanos indígenas.

Queremos agradecer al Papa Francisco por su espíritu profético y su coraje para renovar la Iglesia, que como decía Aparecida necesita una conversión pastoral y renovación de las estructuras eclesiales.

Pedimos a Dios que con su Espíritu Santo siga inspirando a los Obispos y servidores indígenas, a los responsables de las comunidades y en los territorio misioneros, para continuar soñando con nuestros pueblos amazónicos, dando los frutos de aquel Sínodo que fue, un Kairós del Espíritu  , una bendición especial de Dios y un compromiso sinodal de la Iglesia como  pueblo de Dios  y como discípulos misioneros en salida.

Estamos seguros que este signo eclesial y renovador, será huella a seguir por otros hermanos, estimulo  para otros servidores, que en medio de las diferentes culturas  se abren a la fuerza del  Espíritu imparable  que conduce a la Iglesia hacia aguas más profundas, mar adentro.