Saltar al contenido

La CEAMA: Rostro amazónico y sinodal de una Iglesia en salida y comprometida con la defensa de la casa común y de los pobres.

agosto 17, 2023

Del 8 al 11 de agosto de 2023, nos reunimos en Manaos, procedentes de diferentes partes de la región panamazónica, para realizar la primera asamblea presencial de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), que fue también el primer momento constitutivo y organizativo oficial, tras la aprobación de los estatutos de la Conferencia por el Papa Francisco.
Gratitud por la Asamblea y por el camino recorrido.

Nuestra primera palabra es de agradecimiento. Gratitud a Dios por lo que hemos vivido juntos durante estos días y a todos los que han hecho posible este importante momento, comenzando por la Arquidiócesis de Manaos, que nos acogió en cabeza de su Arzobispo, el Cardenal Leonardo Steiner. Nuestra gratitud se extiende también a las instituciones que nos ayudaron en la fundación de la CEAMA por ratificar su apoyo constitutivo: el Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM, la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas – CLAR, Caritas América Latina y el Caribe, y la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, así como a los delegados de las siete Conferencias Episcopales presentes en la Amazonía, al igual que a los invitados especiales y asesores, todos deseosos de ser expresión de una Iglesia que camina sinodalmente, consciente de que somos continuadores de una historia que no comenzó ahora y que se inspira en las proféticas palabras del Papa San Pablo VI: «Cristo apunta a la Amazonia».
Con la ayuda de nuestros hermanos y hermanas indígenas presentes en la asamblea, recordamos que los pueblos originarios de la Amazonia tienen una historia que comenzó hace 12.000 años, con sus sabidurías y espiritualidades ancestrales, con las que queremos seguir escribiendo nuestra historia y favoreciendo el surgimiento de una nueva etapa para la Iglesia de la Amazonía, asumiendo cada vez más las conclusiones y propuestas del Sínodo Especial sobre la Amazonía, así como los procesos e hitos que lo precedieron, como el encuentro de Santarém (1972), la creación de la REPAM (2014), la publicación de la encíclica Laudato Si’ (2015), el encuentro del Papa Francisco con los pueblos indígenas de la Amazonía en Puerto Maldonado (2018), entre otros, hasta llegar al Sínodo Amazónico y, ahora, construyendo juntos el Sínodo de la sinodalidad.
Desafíos y preocupaciones
Teniendo en cuenta el camino progresivo que se ha hecho desde 2021 en la búsqueda de la aplicación del sínodo, a través de los ocho núcleos creados, buscamos en esta asamblea continuar el trabajo realizado hasta ahora, con miras a la encarnación del sínodo, las orientaciones del Documento Final, y los sueños de Querida Amazonía. En este caminar juntos, hemos constatado una vez más la necesidad de ser capaces de aprender, desaprender y reaprender con los pueblos de la Amazonía, para enfrentar con ellos los desafíos y ser como un “perfume nuevo” en y para la Iglesia universal.
Entre estos desafíos, vemos con preocupación en el ámbito eclesial el rechazo al magisterio del Papa Francisco en algunos espacios y grupos, así como el clericalismo que opaca la fuerza del laicado y de la vida consagrada, especialmente femenina, debido al centralismo en la figura del presbítero. Por otro lado, en el ámbito social abundan las denuncias provenientes de diversas partes de la región sobre los crímenes cometidos contra la vida y el bioma amazónico y los territorios de los primeros habitantes de la Amazonía, los pueblos indígenas.
En relación con esto, queremos expresar nuestra profunda preocupación frente a un mundo político que aún no asume la gravedad de la crisis socio-ambiental y del problema humano que afecta a los bosques, a los pueblos y a las ciudades que los habitan. En este sentido, queremos manifestar nuestra solidaridad con el pueblo ecuatoriano por el clima de violencia que se ha evidenciado también en el asesinato del
candidato presidencial Fernando Villavicencio, el pasado 9 de agosto, al tiempo que manifestamos también la importancia de la realización de la Cumbre de la Amazonía, aunque con decepción por la tímida y vaga respuesta de los presidentes de los países amazónicos, reunidos en Belém, frente al desafío del cambio climático y las amenazas al bioma amazónico, ignorando además las voces de los pueblos originarios y de la sociedad civil. Asimismo, en el marco de la consulta popular que se realizará el 20 de
agosto en Ecuador para proteger el Parque Nacional Yasuní de la explotación petrolera, junto a la Iglesia “queremos reafirmar nuestro compromiso con el sí a la vida, con el sí a mantener el petróleo en el subsuelo del Yasuní y con el sí a la defensa del Chocó Andino del extractivismo minero”1 y de la explotación de petróleo en la desembocadura del río Amazonas en Brasil.
La articulación con la REPAM y las Conferencias Episcopales
Contemplando esta realidad, en distintos momentos de escucha, oración personal y conversación espiritual, nos hemos preguntado y hemos compartido en torno a qué están llamadas a responder la CEAMA y la propia Iglesia, de cara a la realidad y a los diversos gritos que resuenan en ella, sin dejar de reconocer los signos de esperanza que también están presentes. En particular, reconocemos el desafío de continuar promoviendo una mayor comunicación y buscando mayor claridad con relación a los
papeles y a la articulación entre la CEAMA y la REPAM. Profundizar en la relación con las diferentes Conferencias Episcopales y con la vida consagrada y su presencia efectiva en los territorios amazónicos, con la consecuente resonancia e incidencia en las bases. En todas estas relaciones, quedó clara la importancia de caminar en armonía y sinergia, ya que se complementan y fortalecen en sus dimensiones
carismáticas e institucionales, evitando multiplicar espacios de actuación y repetición de tareas.
La CEAMA y la REPAM son iniciativas de la Iglesia Católica, llamadas a caminar juntas como presencia de la Iglesia en la región Panamazónica, cuya acción debe traducirse en la práctica de tres verbos: escuchar; dialogar; actuar, buscando promover la sinodalidad entre nosotros, con el objetivo de caminar juntos con Cristo, viviendo la fraternidad amazónica, con alegría y esperanza, dejándonos guiar y acompañar por el
Espíritu Santo, la Ruah divina.
Confirmados en la esperanza
Convencidos de que la evangelización en la Amazonía será siempre el anuncio de Jesús, Verbo Encarnado, y una evangelización liberadora, confirmamos nuestra conciencia de la importancia de la región no sólo para los amazónicos, sino para toda la humanidad, ampliando nuestro horizonte a toda la Iglesia universal y a nuestra casa común. Junto a los sueños del Papa Francisco, nos sentimos iluminados e inspirados por el recuerdo de otros dos “Franciscos”, el santo poverello de Asís con su sensibilidad para
ver en cada criatura un hermano y a una hermana, así como el testimonio y las palabras del «Francisco de la Amazonía», el Cardenal Cláudio Hummes, cuando recordó a su amigo Jorge Mario Bergoglio, recién elegido Papa: “No te olvides de los pobres».
Todo ello nos llena de esperanza y al llegar al final de esta asamblea nos sentimos confirmados y llamados como CEAMA a continuar el movimiento itinerante del Espíritu.
De modo especial, nos estimula la nueva composición de la presidencia de la conferencia, totalmente coherente en su representatividad con la sinodalidad hacia la que queremos caminar. Así, con la esperanza de colaborar con todas las fuerzas vivas de la Iglesia en la región panamazónica, donde la importancia y el protagonismo de las mujeres se hace cada vez más presente, como lo fue María en la misión de su Hijo, volvemos a nuestras iglesias particulares, con el deseo de hacer realidad el rostro
amazónico y sinodal de la Iglesia, siempre en salida y en movimiento, animada y fortalecida por una pastoral de conjunto que sepa acoger y valorar a todos, en la riqueza de la unidad en la diversidad y en el cuidado de toda la belleza de la creación y de todas las criaturas y pueblos de la Amazonía, junto con “nuestra hermana, la Madre Tierra, que nos sustenta y gobierna y produce variados frutos» (Cántico de las Criaturas, de San Francisco de Asís).
Manaos, 11 de agosto de 2023, memoria de Santa Clara, la mujer de Asís.