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7 Años del Lanzamiento de la Encíclica Laudato Sí, 7 Días de la Creación

mayo 27, 2022

Gran regalo de un Padre que ama a los hombres y ama esta tierra.

Cuando celebramos el 7 aniversario de la encíclica Laudato Si, me viene a la mente los 7 días de la creación que nos narra el primer libro de la biblia en el Genesis y termina diciendo: “y vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno,” Gn. 1,31. “Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró. Porque ese día Dios descansó de toda su tarea de crear” Gn.2,3.

Ello nos inspira a contemplar la creación como una obra creada con máxima perfección, al ser creada por Dios plasmó en ella toda su esencia y su ser, que es el ser amor, por ello pudo decir “y todo era muy bueno”, la bondad de Dios fue derramada en cada ser que El creó, y con tal perfección que nadie puede igualar, con tal orden y precisión que no hay nada en la creación que sobre o falte, toda una armonía donde todo funcionaba de modo tan extraordinario que como dice el Papa Francisco: ”el mundo es un misterio gozoso que contémplanos con jubilosa alabanza“ LS.12

Hoy en este 7º aniversario de Laudato Si, queremos agradecer a Dios Padre Creador por el regalo de su creación, en la que el ser humano es como la joya de la corona, pero miremos donde miremos, fauna y flora, arriba y abajo, desde la gota de agua que encierra toda una vida y esperanza hasta una hoja del árbol grande o pequeño, una pluma de un ave o un sonido en la selva o en el páramo, todo lo natural forma parte de esa perfección de Dios. Y Como S. Francisco queremos ser contemplativos en un silencio fecundo y observador, para decir a Dios, Alabado seas, Laudato Si.

Pero esa belleza de nuestra tierra, la inmensidad desde lo alto en el aire, o desde el fondo del mar en la profundidad, encierra un misterio insondable que nadie puede abarcar.

Lamentablemente esa creación ha sido alterada y maltratada por los humanos, lo que Dios creó en siete días, años o milenios, lo que cuenta no es el tiempo sino lo creado en ese tiempo con amor y vislumbrar un horizonte preguntándonos: ¿para qué y por qué Dios lo creó? En siete años de Laudato Si, ha podido iluminar a millones de personas para pensar: ¿qué hacemos nosotros en medio de esa creación? ¿por qué el hombre no está cuidando este gran regalo que Dios ha puesto en las manos del hombre? en el cuidado de esta tierra se juega la propia vida, existe una relación entre nuestra vida y la de nuestra tierra, nuestra madre tierra que nos cobija y alimenta. Hay algo que es claro, no podemos dar la espalda a nuestra realidad que sufre nuestro planeta, a nuestros hermanos más desprotegidos que viven en este planeta. Esta tierra la hemos recibido en herencia no solo para nosotros, sino también para las próximas generaciones ¿Cómo la queremos dejar a las próximas generaciones? ¿cuál es la misión de la Iglesia hoy ante la preocupante realidad que vivimos en una tierra frágil que se desmorona?.

Ciertamente que la Iglesia no puede ser ajena a la escucha de los gritos que se oyen en el mundo y en especial en nuestra Amazonía donde vivimos. Por ello, la Iglesia como defensora de la vida se pone en camino para unir su voz a la de tantos hombres y mujeres que son vulnerados en su derecho a vivir con una vida digna.Este aniversario de Laudato Sí, es ocasión no solo para agradecer a Dios por la belleza que podemos contemplar, también para recordar no solo las amenazas sino los efectos de destrucción que vemos en este planeta y en las consecuencias que sufren los pueblos más olvidados.Se encendieron las alarmas ante el calentamiento global que no baja, y ante la deforestación que hace desaparecer el paisaje de nuestra tierra o la contaminación de nuestros ríos de donde adquirimos el agua para el consumo de las poblaciones.

Este día es la ocasión para comprometernos todos en cuidar esta casa común en que vivimos, nos movemos y existimos como nos recuerda S. Pablo.En este año en que el Papa Francisco desea que todos reflexionemos caminando juntos en construir una Iglesia Sinodal, caminando juntos hacia el Sínodo de la fraternidad movidos por el Espíritu que todo lo recrea.

Ciertamente Dios nos regaló un gran profeta en la persona del Papa Francisco al escribirnos esta valiosa encíclica Laudato Sí, agradecer y pedir a Dios por él, le proteja y le sostenga en medio de las borrascas y tormentas a su alrededor, que siga dándole la fuerza para mantener el timón con mano firme, que guíe la Iglesia hacia puerto seguro.

Nos queda responder al amor de Dios expresado en su creación, no la destruyamos, no la manchemos, la vida que Dios nos da no es negociable, hay que vivirla de tal manera que trabajemos como Dios creador nos mandó pero hace falta saber el cómo hacerlo, siempre juntos, escuchando, caminando y discerniendo, siempre en favor de la vida y en armonía porque en este mundo todo está interconectado que Dios siga bendiciendo nuestra tierra y a los hijos de su tierra.