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SOLIDARIDAD AMAZÓNICA

abril 10, 2020

En este viernes Santo, día de contemplar el dolor de Cristo que muere en la cruz y “del pueblo que sufre la verdadera pasión ante la grave crisis de salud que enfrentamos todos y nos llevara a una grave crisis económica y social… “ como nos recuerdan nuestros obispos en su mensaje de este día

Hermanos, no olvidemos de los que sufren no solo por el corona virus, sino también porque cientos de familias están viviendo la tragedia de la contaminación de sus ríos en nuestra Amazonia , por el desastre ecológico producido en ella, por el gravísimo derrame de petróleo, y por sus habitantes de esta región afectada por el derrame, que tampoco tendrán ni agua potable para beber ni pescado que llevar a la boca.

Habiendo hecho mención hoy mismo el Presidente de la república del Ecuador, en su último mensaje a la nación, sobre el derrame petrolero como algo muy serio que afectará a la economía general del país, nosotros como Iglesia, queremos que el Gobierno tome medidas urgentes para remediar el sufrimiento de estos pueblos amazónicos.

No nos olvidamos de nuestros hermanos indígenas y mestizos que viven en las riberas de los ríos Coca y Napo, y de los hermanos peruanos que igualmente sufrirán en las márgenes del Amazonas por la contaminación que avanza por sus aguas.

El Papa Francisco nos dice en su Exhortación Apostólica: Querida Amazonia: «Nuestro sueño es el de una Amazonia que integre y promueva a todos sus habitantes para que puedan consolidar un buen vivir»… No nos sirve un conservacionismo que se preocupa del bioma pero ignora a los pueblos amazónicos (nº 8 Querida Amazonia)

Como obispos de la Amazonia y como miembros de la REPAM en Ecuador, nos solidarizamos con el sufrimiento de los pueblos de la Amazonia, tantas veces marginados y olvidados por los gobiernos de turno , seamos como nos pide el Sínodo Amazónico I: ser una Iglesia samaritana, solidaria y misericordiosa (nº 22 Documento final del Sínodo)

Que la Pascua de Cristo Resucitado que estamos viviendo en esta Semana Santa, cambien nuestra vida, para ser testigos de Esperanza y dar razón de nuestra fe en un nuevo amanecer para la Amazonia.