¿Una casa para todos?
“Y VIO DIOS TODO LO QUE HABÍA CREADO, y ERA MUY BUENO”. Gn.31,1
Un año más estamos celebrando el mes de la creación como espacio para concientizar al mundo de la necesidad del cuidado de la casa común que es nuestro planeta tierra y contemplar la maravillosa creación que Dios nos regaló.
Al llegar al mediodía nos reuníamos en nuestro parque ecológico Laudato Sí, y dentro de este bello parque que nos recuerda ese mensaje de vida que el Papa Francisco regaló para el mundo, entrábamos en el aula magna de Pachamama, para clausurar el taller de Derechos humanos que hemos tenido estos días con la participación de representantes de pueblos indígenas.
Ellos y nosotros estamos preocupados por la amenaza a la creación de esta tierra en que vivimos, se trata de una plataforma de explotación petrolera que desean montar en el bloque 28 de Pastaza y que afecta especialmente a las fuentes hídricas de sus ríos donde sus pueblos y la ciudad toman el agua para beber. El río es para estos pueblos ancestrales el espacio sagrado de su cultura. La ubicación de la plataforma que desean utilizar para la explotación petrolera esta situada justo en el lugar de mayor biodiversidad de nuestra provincia y uno de los lugares de mayor pluviosidad en la región, llamado «Habitagua”, en las faldas de la cordillera del corredor de los Llanganates. ¿podremos quedarnos indiferentes ante esta amenaza?
Al entrar en el interior del salón Pachamama, vemos grabado en la pared este escrito : “Y vio Dios todo lo que había creado, y era muy bueno” (Gn1,31). justo dentro de este mes de la Creación que estamos celebrando , nada mejor que leer una frase sagrada, la cual nos lleva a profundizar en el deseo del Creador, no podía ser otra cosa que de las manos del amor, regalarnos esta bondad creadora . y recordar aquella frase evangélica sobre Jesús”; ”y pasó haciendo el bien” Mt7,31 y Hechos. 10,38 ¿y nosotros? ¿qué hemos hecho de bueno? ¿no será una gran bien evitar un gran mal como es la destrucción de la creación de Dios?
Hace algunos años una declaración de la Conferencia Episcopal del Ecuador titulada “ Cuidemos el planeta” a la luz del documento de Aparecida, decía: “La revelación nos presenta este mundo en que vivimos como la obra de Dios. En él se manifiesta su sabiduría, su bondad, belleza y poder.( Aparecida 470)
“Contemplar la belleza de la Creación es un estimulo para reconocer el amor del Creador, ese amor que mueve el sol y las estrellas… También la creación es manifestación del amor providente de Dios, nos ha sido entregada para que la cuidemos y trasformemos en fuente de vida digna para todos, nuestra casa común es lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con toda la creación “ Esta concepción teológica deja sin fundamento a la idea de que el universo es solo un objeto de estudio, una mercancía de compra o venta o un espacio sacralizado e intocable”.
El discípulo misionero a quien Dios le encargó la Creación, debe contemplarla, cuidarla, y utilizarla ,respetando siempre el orden que le dio el Creador” Aparecida 125
Para reflexionar, el Papa Benedicto XVI decía: si quieres cultivar la paz, custodia la Creación” En medio de una lucha a veces violenta y a veces sistemática se ha ido destruyendo la Creación por intereses económicos y políticos.
Es el tiempo de actuar, quizá mañana sea tarde, pero aún estamos a tiempo, nos lo recordaba el Papa Francisco. La lucha por el medio ambiente tiene un precio muy alto, en el que se juegan con vidas humanas. Ante la economía poderosa que corrompe las conciencias dando paso a la deforestación y explotación, dejando rastro de muerte y queriendo hacer callar la verdad. Pero la voz de los pobres es mas fuerte que la del dinero de los poderosos que se creen dueños de la tierra. El grito del pueblo “la selva no se vende ,la selva se defiende, y el pueblo unido resiste y no se rinde” sigue resonando en este continente de la esperanza, en nuestra Amazonia, su eco nos cuestiona ¿cómo vivimos y defendemos la creación divina?.
El sueño ecológico implica unir el cuidado del ambiente y el de las personas, pues la tierra y el hombre son inseparables, los dos son obra creadora de Dios. El Papa Francisco nos decía: “La primera ecología es el cuidado de los hermanos, como el Señor nos cuida.. ” Todo en el cosmos está interconectado.
Quisiera en el día de la fiesta de S. Francisco, que nos comprometamos como él a crear fraternidad, llamar a la creación hermana tierra o hermano sol, hermana agua o hermana luna, donde las relaciones del hombre con lo creado forman una misma familia, es entender que no podemos hacer daño al hermano de esta gran familia que es toda la Creación.
Como Francisco, su testimonio nos lleve a vivir en la práctica estilos de vida, de humildad y sencillez, de desprendimiento y confianza en el Padre providente, que sean testimonio que arrastre para la conversión que hoy necesita nuestra sociedad apegada al consumo voraz y a crear un mundo ficticio que nunca sacia la sed de felicidad del ser humano. Hoy visitaba la selva contemplando arboles centenarios de los pocos que quedan por nuestros bosques, solo contemplar esta obra creadora de Dios nos hace admirarla belleza y el poder de las cosas creadas por Dios y pensar en la responsabilidad que tenemos de la conservación de esta selva, que junto con el hombre se eleva para decir “Laudato Sí, mi Signore” como S. Francisco.
No nos dejemos robar la contemplación de la creación de Dios, que nunca será superada por el hombre. Trabajemos en los proyectos de Dios que son proyectos de vida y amor.
Soñemos con Dios y sus sueños se harán realidad; no destruyamos los suelos de Dios, un mundo en armonía como Él lo creó. “y vio Dios todo lo que había creado, y era muy bueno” (Gn. 1,31)