En este día 04 de junio de la Vigilia de Pentecostés arrancamos con la etapa de la administración de las Confirmaciones en nuestras parroquias.
Iniciábamos este sábado confirmando 70 personas en la parroquia de Jesús del Gran Poder, entre ellas 15 adultos que junto a los demás jóvenes recibieron al Espíritu Santo como los apóstoles de Pentecostés para ser testigos de su fe en Cristo anunciando lo con su vida y comprometerse a servir en su Iglesia.
En la tarde, la catedral se vestía de fiesta para la celebración de la Vigilia de Pentecostés, donde 40 laicos recibían y renovaban sus ministerios laicales, así como, 8 adultos, culminaban sus estudios en la escuela de Sta. Narcisa de Jesús.
El Espíritu Santo, Dios lo derrama en aquellos que esperan en su misericordia.
Hoy debemos estar contentos que en nuestra Iglesia, el espíritu Santo la ha hecho crecer, no solo en el número de bautizados, sino más bien en el compromiso que esos bautizados hacen después de descubrir su verdadera vocación de bautizados en Cristo, han comprendido, que no se debe ser cristiano solo de nombre y decir soy católico porque me bautizaron en la Iglesia Católica.
La fe cristiana que se nos dio en el bautismo como el gran regalo que Dios nos hizo, hay que cultivarla y hacerla florecer para que de frutos y seamos cristianos activos, creativos, convencidos y misioneros, no solo espectadores de la película, sino actores en la construcción del Reino de Dios que la Iglesia hace cada día en su tarea evangelizadora.
Conocer la Iglesia solo se la conoce cuando se la ama, y solo se demuestra que se la ama cuando se la sirve, y se la vive cuanto ella es y cuanto ella hace. Puesto que el ministerio es el reconocimiento eclesial (institucional) de un carisma (don del Espíritu) que el cristiano asume con libertad y entrega como un servicio a Dios y a los hombre por medio de la Iglesia, habrá que tener en cuenta lo siguiente:
Los carismas son siempre don del Espíritu; hay muchos carismas para la edificación de la Iglesia y construcción del mundo.
El servicio es el ejercicio de la libertad del hombre en la aceptación de esos dones, en la disponibilidad para su ejercicio, en el compromiso de su realización. El ministerio es un servicio mediado por la Iglesia que como tal implica discernimiento, reconocimiento, formación, envío, acompañamiento.
En esta vigilia de Pentecostés la Iglesia naciente ora con María la madre de Jesús, oran y esperan que el Espíritu Santo prometido por Jesús a su Iglesia llegue.
La promesa se cumplió en aquel Pentecostés. Donde el Espíritu Santo se derramó en las mentes y corazones de aquellos apóstoles que saldrán a anunciar con valentía y alegría el mensaje de Jesús,
Seria la inauguración de una Iglesia Misionera que no se queda anclada en el pasado de la muerte y la pasión de Jesús, sino que proclama con fuerza que Cristo venció a la muerte resucitando, que el Espíritu de Cristo está presente en su Iglesia y el Espíritu sigue suscitando e inspirando nuevos rumbos de renovación en la Iglesia, que lleva a la Iglesia mar adentro hacia la profundidad del espíritu.
Una Iglesia en Comunión Participación y Misión, razón por la cual todo bautizado se siente llamado a ser protagonista en la construcción del Reino de Dios y en la tarea de la evangelización. La misión se vuelve vida y la vida misión,
Razón por la que hay hermanos y hermanas que se comprometen en servir a la Iglesia a través de distintos ministerios o formas de servir en este cuerpo que es la Iglesia y que necesita hombres y mujeres que den testimonio de su fe en Cristo , que sean dóciles al Espíritu Santo para llevar a sus hermanos necesitados la palabra de Dios, la Eucaristía y la caridad al necesitado.
Que este testimonio nos empuje a todos a cuestionarnos : ¿Me dejo guiar por el espíritu Santo o me resisto a las inspiraciones que el Él pone en mi corazón? Hagamos de nuestra vida un continuo pentecostés, dóciles al Espíritu Santo que nos guía y acompaña.