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Asamblea General del Vicariato Apostólico Puyo.

septiembre 6, 2025

Tenemos claro que el cristiano, como Jesús, viene a este mundo para servir, y el que sirve, ama y vive; quien no sirve, ni ama, ni vive ni deja vivir.

Trabajamos en escuchar las evaluaciones de nuestro servicio en las diferentes pastorales y responsabilidades en nuestra Iglesia, durante la Asamblea General del Vicariato Apostólico Puyo que con sus deficiencias y sus aciertos, siempre faltos de mejorar, pero con el entusiasmo de nuevas fuerzas y nuevos sueños que sostienen nuestra esperanza.

El sentirnos llamados como jornaleros a trabajar en la viña del Señor es una suerte; laborar para este Señor que sale a todas horas para invitar a trabajar en su finca, donde hay trabajo para todos; este Amo es generoso y paga al último igual que al primero; para él no cuenta el tiempo, sino cómo hacemos el trabajo; si ponemos el amor al trabajar, evangelizando con alegría, al amanecer y al atardecer, todo es tiempo de gracia y en todo tiempo estamos llamados a ser fieles.

La fidelidad es la que da valor al trabajador, en quien se puede confiar. También se pone de manifiesto el pecado de envidia que se nos mete sin darnos cuenta, al ver que otros llegaron los últimos después que ellos y les da la misma paga; los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.

Dios desconcierta, nos descuadra y nos desborda. Por ello, al terminar, damos gracias a Dios por todos los que han participado y por todo lo que hemos aprendido y vivido; la comunión, la participación y la misión sean nuestros pilares que sostengan nuestro trabajo.

Que María, ejemplo de escucha y discernimiento, nos acompañe en el camino de esperanza que juntos hacemos; miremos a María, invoquemos a María y sigamos a María, que nos lleva a Jesús.

Por Mons. Rafael Cob García, Obispo de Puyo.