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ASAMBLEA GENERAL DE MISIONEROS DEL 7 AL 11 DE SEPTIEMBRE 2020.

septiembre 7, 2020

Queridos misioneros y misioneras, hoy comenzamos una Asamblea atípica y rara, y por ello quedará marcada en la historia de nuestro camino como Iglesia misionera por los motivos que todos sabemos y por los que a lo largo de todo este semestre pasado no pudimos realizar los trabajos pastorales en nuestras parroquias y particulares, quedando truncados nuestros deseos y proyectos, a lo largo de los meses pasados hemos tenido que soportar un aislamiento forzado por la Pandemia del Coronavirus (COVID-19), el cual ha causado tanto dolor en nuestro pueblo, tanta gente enferma y también por las muertes de tantos conocidos y amigos que pasaron ya a la otra vida. Y la pandemia sigue por lo cual en prevención de ello estamos haciendo esta Asamblea Semipresencial-Virtual.

Día a día logramos desde nuestras parroquias a través de los medios telemáticos del internet animar con la trasmisión de la Eucaristía y encuentros de formación con grupos pastorales, el calvario de nuestras comunidades, y de esas familias que esta pandemia les enseñó muchas cosas negativas y positivas en medio del sacrificio, la incomprensión y la solidaridad, a través de los medios de comunicación como Radio Puyo, pudimos dar cada día mensajes de esperanza y motivación mientras iban pasando los días y las semanas más crudas.

Decíamos que Dios escribe recto en renglones torcidos y que hay que saber leer los signos de los tiempos en todos los acontecimientos de la vida, y este ha sido un acontecimiento eclesial universal y planetario, que nos toca sufrir también hoy porque las consecuencias siguen y tenemos que aprender a convivir por el momento con el virus presente.

Aprender y escuchar en el silencio que habla, contemplar la realidad para cuestionarnos y dar una respuesta acertada siempre de esperanza y caridad. La Iglesia ha llevado mucha alegría en medio de la tristeza en esta pandemia, esos kits alimenticios que se han ido repartiendo a través de las Cáritas parroquiales han saciado muchas bocas hambrientas en los más necesitados, hemos tenido que ser y seguir haciéndolo, una Iglesia samaritana, no esconder la cabeza ante la necesidad sino afrontarlo juntos como nos pedía el Papa Francisco, estamos en la misma barca, hoy sigue habiendo hambre en nuestras parroquias, hambre material para el cuerpo, y hambre también de Dios para el alma.

Cuando terminábamos la Asamblea General Intermedia en el mes de febrero inagurando el aula del Centro Ambiental «Pachamama», un 12 de febrero, día de la Amazonia, nos llenábamos de alegría y esperanza para dar respuesta a los sueños que ese mismo día nos regalaba el Papa Francisco con su exhortación Apostólica «Querida Amazonia» que nos invita a tener siempre la mirada en el horizonte de la esperanza para hacer realidad nuestros sueños como Iglesia y los sueños de nuestros pueblos.

Como dicen poco dura la alegría en la casa del pobre, llegaría la pandemia con la declaración del estado de excepción el 14 de marzo, que como sopresivo nos robó la alegría y nos dejó aislados en nuestras casas con el eslogan «mejor quédate en casa», se suspendió toda actividad y la gente sumida en el dolor y paralizada forzosamente, colegios, oficinas y trabajos. Las calles desiertas como de ciudades fantasmas, ni imaginar que esto pudiera pasar, vino la emergencia sanitaria, social y económica.

Llegaría la Semana Santa que también sería única y atípica, vivida desde nuestras casas y parroquias, seguíamos unidos vía digital pero no resistimos la tentación de salir a llevar un encuentro con el Señor con la bendición del Santísimo Sacramento en la custodia por las calles e igualmente quedará gravado para la historia, aquel domingo de ramos llevando consuelo y bendición de los ramos que tenían en sus manos nuestra gente desde las ventanas y las puertas porque los templos seguían cerrados. Historia para no olvidar, la fe de nuestro pueblo recibió un soplo de aliento para seguir luchando en la trinchera de las casas, resistiendo.

Así pasarían los meses, pasaría la sociedad civil de una etapa a otra hasta que ya no se podía sostener y la gente salió a la calle para poder ganarse el pan y llevar a su mesa, aunque fuera contagiándose. Muchos también, algunos de nuestros misioneros se contagiaron y pasaron la prueba, gracias a Dios pueden contarlo. Llegaron los finales de curso en los colegios y escuelas de forma virtual, como nuestras catequesis y ahora estamos queriendo volver a la normalidad. Atrás quedaron el dolor y los muertos en nuestro país, como no supieron manejar el problema, pero en todos países fue un desborde de todos los trabajadores de salud y seguridad, hospitales colapsados y muertos hasta en la calle recogiendo cadáveres.

La vida sigue, la tierra gira y nosotros en ella, caminamos hacia adelante nunca hacia atrás, por ello hoy nos reunimos en esta Asamblea virtual y presencial para decir a todos ¡Ánimo Cristo Vive¡ yo he vencido al mundo, y nos invita a vivir y ser discípulos que lleven la vida que Él nos ha traído, una vida en plenitud para todos.

Recordamos como siempre que las Asambleas son espacios que nos permiten: 1.- FORMARNOS, porque siempre el ser humano esta en formación permanente. 2.- Un espacio para COMPARTIR, el compartir lo facilita la forma presencial pero en ausencia de esta posibilidad que es la más eficaz, aprovechemos lo que podamos a través de la vía virtual. El compartir es hablar y escuchar, especialmente vida, experiencia, viviendo la fraternidad . 3.- La Asamblea es un espacio para vivir la comunión sinodal, la SINODALIDAD es sentir que caminamos juntos en una misma dirección, vivir la comunión es esencial en la Iglesia, sentir que de esta asamblea salimos fortalecidos en la comunión eclesial , con el compromiso de sentir y vivir la unidad dentro de la diversidad , diversas pastorales con el mismo sujeto y el mismo objetivo , ser misioneros construyendo el Reino de Dios.

Los temas de formación de esta Asamblea será la Cosmovisión cultural indígena que dirigirá el misionero con más de 48 años de experiencia con los indígenas, P. José Miguel Goldaraz y mañana los suelos de Querida Amazonia y su proyección pastoral que dirigirá el Ingeniero Marcos Mancero y Mons. Giovani Paz, obispo de Latacunga. Les agradecemos a ellos por su disponibilidad para estos días de formación, después seguirá, los días siguientes, la evaluación del curso de pastoral pasado y la planificación para este curso que comenzamos.

Pedimos a la Virgen María, primera misionera, que nos acompañe y el Espíritu de Dios nos ilumine.