Saltar al contenido

Candidatos transparentes quiere Dios y quiere el pueblo

enero 31, 2023

En el portal de unas elecciones en las que el pueblo debe elegir a sus representantes para que la vida de nuestros pueblos, de la ciudad o de la nación pueda gozar de paz y de progreso, es importante, mejor imprescindible, que los candidatos sean transparentes en lo que piensan, en lo que dicen y en lo que viven.

A esto que llamamos transparencia, surge como fruto de vivir en la verdad, verdad que nos ayuda a vivir en libertad. Es fácil decir yo tengo la verdad, pero decir, yo soy la verdad, solo Cristo pudo decir: ”yo soy la verdad el camino y la vida” Jn.14,6. o “la verdad os hará libres”Jn.8,31.

Esta virtud de la verdad es esencial a la hora de tomar conciencia para asumir un cargo público del cual depende el bienestar de un pueblo, tanto los que se presentan para ser elegidos como los electores que deben votar para elegir a los candidatos debiéramos ponernos como una obligación la práctica de discernir, es decir reflexionar, analizar y pensar bien antes de decidir por que candidato debo votar o elegir, pues de una buena o mala decisión o elección se derivan las consecuencias de un futuro para la vida de un pueblo.

Igualmente para que esta elección sea acertada debe haber una transparencia en el candidato a la hora de hablar y proponer sus programas de gobierno, para no engañar a sus electores. No podemos ofrecer lo que no podemos dar y no podemos dar lo que no tenemos, de lo contrario corremos el riesgo de defraudar al pueblo, a sus esperanzas, y la mentira y el engaño es la tentación que tienen de usar por parte de los candidatos en sus promesas de campaña política, debemos escuchar lo que habla y propone un candidato, pero seguido de la escucha debemos cuestionar y exigir que hablen con la verdad y transparencia, eso es lo que pide Dios y el pueblo quiere.

La política dicen que es el arte de gobernar bien, muchos aspiran a esta práctica en tiempo de elecciones, pero es una práctica nada fácil y en estos tiempos más difícil, ser buenos políticos con una mente y un corazón limpio, con una hoja de vida que garantice que su trabajo responderá a las expectativas de lo que el pueblo necesita, sabiendo que lo que el pueblo desea es que su trabajo sea un servir al pueblo y no un servirse del cargo y del pueblo para sus intereses personales.

Así como ellos piden el voto y la confianza del pueblo como derecho para ser elegidos, también el pueblo tiene el derecho a que aquel que tiene que elegir, de la talla y el perfil para la responsabilidad que aspira.

No lleva la razón el que más grita o vocifera, ni triunfa el que más ofrece sino el que más sirve y el que más ama desde lo que él es y no de lo que dice que es. Es fácil querer comprar el voto cautivo con regalos, pero no el voto del que piensa y discierne antes de elegir, después de ver y escuchar cual es el mensaje que dice y cual es la vida que vive, la credibilidad del individuo debe ir acompañada de una moral trasparente no de una doble moral de conveniencia, de escaparate para fuera, de querer ser luz en la calle cuando es oscuridad en la casa. Hoy necesitamos candidatos transparentes y probados, que podamos ver la realidad de la personas con la coherencia en nuestro comportamiento.

Ante la eminentes elecciones podemos pedir al pueblo que antes de elegir a sus candidatos, pensemos, por quién votamos, para qué votamos y cómo votamos. No desperdiciemos nuestro derecho a votar, ni nuestro voto al elegir. Que sea nuestro voto con responsabilidad, guiados por el amor a nuestro pueblo y por elegir al que de verdad sea el mejor de los posibles para desempeñar la misión que se le va encomendar.

Podemos exigir transparencia en los candidatos para hablar con la verdad, ser justos pensando en el bien común de nuestro pueblo y exigir al pueblo que de un voto razonado, libre y no esclavo para no ser defraudados.

Que Dios nos dé a todos la sabiduría de su espíritu para hacerlo y que los que salgan elegidos sean conscientes que son elegidos para servir al pueblo con lo mejor de ellos y con la confianza que el pueblo deposita en ellos.