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EN LOS SANTOS Y DIFUNTOS ORAMOS POR LOS QUE PASARON DE LA MUERTE A LA ETERNIDAD

noviembre 2, 2020

El día uno el Municipio de Puyo con su alcalde a la cabeza y su delegación municipal, asistían en la capilla del cementerio a una eucaristía que había pedido al obispo de Puyo por todos los que habían fallecido de Covid en esta pandemia de coronavirus y que sigue dejando rastro de dolor en muchas familias.
Era el día de todos los santos, las normas del COE nacional y Cantonal había prohibido entrar a los cementerios para que no haya aglomeraciones y prevenir nuevos contagios del virus.

Pero la fe de un pueblo y el agradecimiento a Dios de mantenernos con vida hasta hoy nos impulsaba a rezar por los que no pudieron ganar la batalla del Coronavirus en esta pandemia.
Creo que es un gesto noble y elogiable, lo hacíamos el día de todos los santos recordando que todos estamos llamados a luchar por se santos, que la santidad es llamada universal para todos y que también quizá entre los que allí estaban enterrados habría santos que habían luchado por el bien y la justicia, que habían sido fieles a su fe en Dios y habían sembrado esperanza y caridad, por lo que Dios les pudo decir has sido siervo bueno y fiel pasa al banquete de tu Señor.
Terminada la misa nos trasladamos al espacio del cementerio reservado para los muertos por el Covad , bendecíamos los nichos de los difuntos y oramos cor ellos. Después con el Sr. Alcalde y su delegación nos invitaron a trasladarnos a la entrada del cementerio donde el Sr. Al calde nos dirigía las palabras explicando el motivo de este acto. En un clima de recogimiento y silencio encendíamos cada uno unas velas, mientras una niña entonaba un cato de esperanza , al final a la entrada de la puerta, se instaló una mesa para todos los que quisieran dejar una vela encendida simbolizando nuestra fe y oración por nuestros difuntos, así terminábamos este día de todos los santos a las puertas del cementerio. La Pandemia no para pero nosotros tampoco paramos en mantener la esperanza que este dolor un día pasará y que la oración por nuestros difuntos alegraría su vida en la eternidad.

Igualmente a puerta cerrada hacíamos el día 2 fiesta de los difuntos, en los templos se multiplicaban las misas por los difuntos, la gente no pudo entrar a los cementerios , las tumbas estaban sin flores en medio del sol de medio día se celebraba una eucaristía por nuestros difuntos, trasmitida por redes sociales desde el cementerio, la muerte no es el final del camino, proclamamos las palabras de Jesús: ”en la casa de mi Padre hay muchas moradas, voy a prepararos un lugar, para que donde yo estoy, estén también ustedes y ya saben el camino”. El camino al cielo comienza en la tierra en esta vida peregrina, hoy no lucen las flores en las tumbas, pero se elevan al cielo nuestra oración de fe y de amor a nuestros difuntos, un sol luciente acaricia todo el cementerio, una luz que nos habla de eternidad donde no hay muerte ni luto ni llanto, donde no hay oscuridad.
Al salir por la puerta llegaba un muerto, con el llanto fúnebre de toda un familia, que no les dejaron pasar por las normas vigentes, solo un grupito de pocas personas acompañaron al difunto a su tumba, el dolor sigue y nuestra gente necesita motivos de esperanza que sostenga la fe de nuestro pueblo y mitigue el dolor causado por la muerte y la ausencia de los que se fueron.
Dios nos siga dando la fuerza y nos proteja para ser signos de vida de amor y de esperanza.