La Cooperación fraterna entre Iglesias es una bendición de Dios, cuando se han cumplido los 60 años de la Cooperación Fraterna entre la Iglesia Católica del Ecuador y Múnich y Freising de Alemania, hoy es para nuestra Iglesia particular del Vicariato de Puyo un día de alegría, de comunión eclesial, de historia misionera, al enviar a dos jóvenes misioneros laicos voluntarios, Dayanara y Carlos, como representantes de nuestra Iglesia misionera de Puyo, sabia joven del continente de la Esperanza, América, para el antiguo continente de Europa.
Ellos han venido preparándose para iniciar esta nueva misión eclesial, en otro continente como es Europa, donde como expresión de comunión fraterna eclesial y sinodal, marcará para sus vidas y la de nuestra Iglesia un hito histórico de la vida misionera de nuestra Iglesia. El compartir su fe en otra cultura exigirá encarnarse en un espacio y una distinta realidad de la nuestra, realidad con la que se encontrarán y recíprocamente se enriquecerán, cumpliendo lo esencial de toda misión, SERVIR, al estilo de Jesús, dando testimonio de su fe en Jesucristo primer misionero de Dios Padre, que vino a servir y no ser servido, que siendo grande y poderoso se hizo humilde y pobre entre los pobres, que asumió nuestra condición humana siendo Dios, del cual todos debemos aprender.
Todo este camino exigirá sacrificio como al buen misionero, para ser ejemplo con su vida, como buen discípulo de Jesús, ser alegre como alegre es la buena noticia del evangelio de Jesús, ser creativo como creativo es el espíritu del joven misionero ,ser apasionado como el corazón de un joven apóstol enamorado de Jesús, ser espiritual con la oración de súplica y agradecimiento al Dios de la vida cada día.Queridos Carlos y Dayanara, sois enviados por vuestra Iglesia de Puyo a la que conocéis y amáis, escuchad la voz del maestro Jesús: “ustedes son la luz del mundo, que brille vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y puedan alabar a vuestro Padre celestial” Mt.5, 14-16
Les deseamos lo mejor en esta nueva experiencia que inician, que no se apague la luz de vuestra fe y de vuestro amor, Dios que inició en ustedes esta obra buena El la lleve a feliz término.
Nosotros como Iglesia debemos comprometernos a orar por ellos, para que sean fieles al compromiso que hoy asumen.
Que la comunión con Jesús y de nuestra Iglesia Misionera, Fraterna y Sinodal con la Iglesia hermana de Múnich -Freising traiga bendición y paz para todos, que la Virgen María, primera misionera de la alegría, os acompañe y os proteja como madre que nos ama.