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FUNERAL DE ACHACASPI: Misionero ejemplar sin igual. 

abril 15, 2025

Desde la Red Eclesial Pan amazónica REPAM, queremos expresar nuestro doloroso sentir y decir a Dios, gracias por la vida de nuestro hermano  José Miguel Achacaspi, apenas una semana llegue a Coka  pensando encontrarte, te traía la historia que escribí de estos 10 años de la REPAM .”sembrando sueños de  esperanza”, devolviendo la visita que nos hiciste en Puyo en aquel aniversario, regalándome un cuadrito de tus mártires Alejandro e Inés, ejemplo de vida entregada, mártires de la caridad  a los que tú has imitado en esta   selva y sus pueblos. Allá en la eternidad te habrás encontrado con ellos compartiendo alegría y gozo eterno, hoy junto a sus tumbas te despedimos desde la fe y la esperanza en un Cristo vencedor de la muerte y el tiempo, y decir como decía Proaño: nosotros pasamos y nos vamos, somos peregrinos de esperanza, pero “atrás quedan los árboles que sembramos, tú José Miguel has sembrado y escrito mucho y las semillas darán su fruto.

Hoy lloramos la pérdida de un hermano y un amigo defensor de la vida amazónica, la selva llora su ausencia, S. Francisco el hermano que creó fraternidad, cuyo carisma un día abrazaste para llegar a esta tierra y en ella te quedaste, amando la Pachamama que hoy te abraza como madre, y llora con los hermanos y reza por tu descanso, bien te lo mereces y habrás oído del Padre:” siervo bueno y fiel pasa al banquete de tu Señor.

Murió un misionero, murió un capuchino, murió un defensor de la justicia y de la verdad, como decía él, la verdad que no se deja procesar ni manipular, luchó contemplando los laberintos de la selva verde, donde compartió la vida y el tiempo con los habitantes originarios de esta tierra amazónica, encarnado en las culturas de los pobladores indígenas, custodiando celosamente la hermosura abrumadora de estas selvas y sus ríos” como dice el Papa Francisco en Querida Amazonía. y viviendo con ellos  y como ellos, conociendo su cultura y compartiéndola en la aventura misionera, ininterrumpidamente por  más de medio siglo , antes de la llegada de las petroleras y la colonización, soñando hoy  que algún día la justicia divina se cumpla cuando ves que  la justicia humana  se vende y no respeta derechos  ni libera de esclavitudes,   luchó como él dice  defendiendo el laberinto verde de la selva y  contra el otro laberinto de papel entre leyes  y discursos  dentro de la maraña de los juicios  entre los monstruos de las trasnacionales petroleras, mineras y maderas, como nos cuenta en sus crónicas  del rio Napo, con esa sabiduría perspicaz y desafiante que le caracterizaba, para exigir los derechos de estos pueblos amazónicos  y de la Naturaleza que les envuelve.

Levantando la voz profética de la denuncia para decir que no hay una tierra sin hombres para unos hombres sin tierra, que la selva no se vende, que la selva se defiende.

Querido hermano José Miguel o más bien Achacaspi como te identifican tus hermanos indígenas y misioneros , con esa madera dura que se resiste a morir en el paso de los años , como tú resistiendo con la sana rebeldía de la indignación  ante la injusticia  como Dios se indignó ante la esclavitud de su pueblo en Egipto, esa sería una palabra que identifica tu vida , otros te llamaran irreverente por tu sana rebeldía,  no bajar la guardia ante las amenazas de los poderosos, alerta siempre ante el peligro  para defender la vida.

Hoy la REPAM quiere felicitarte por tu trabajo en defensa de la naturaleza amazónica, quiere dejarte este escrito: Creo y Espero gravado en esta madera amazónica, porque fue tu fe la que ha mantenido tu esperanza, la fe que compartiste con tus hermanos indígenas y la esperanza que has sembrado día a día en esta tierra.    En medio del dolor y la enfermedad en el último tramo del camino en esta selva, moriste como sus árboles, de pie en el campo de batalla, como los hombres fuertes, valientes y creyentes. Todo un ejemplo para los que quedamos, siempre te recordaremos como buen hermano y gran misionero de la inculturación, samaritano socorriendo al necesitado y como profeta anunciando y denunciando desde el evangelio de Jesús, que el que venció la muerte resucitando en el inicio de la semana Santa nos dé a todos la paz pascual del paso de la muerte a la vida.