“Una cosa es el tradicionalismo que queda vinculado por el pasado, y otra es la verdadera tradición, que es la historia viva de la Iglesia”
«No tengamos miedo a la novedad. No le tengamos miedo a Cristo, la novedad. Este Sínodo busca nuevos caminos”
«Siendo hoy muchas las mujeres al frente de las comunidades amazónicas, han reclamado que su servicio sea reconocido y fortalecido mediante la creación de un ministerio para las mujeres que están al frente de las comunidades»
07.10.2019 Jesús Bastante
“Este Sínodo es como una mesa que Dios ha preparado para sus pobres, y nos pide que atendamos esta mesa”. El cardenal Claudio Hummes, relator general del Sínodo, trazó las líneas generales del debate que tendrá lugar durante las próximas semanas. Un debate, libre, abierto, y desde el convencimiento de que “la Iglesia necesita caminar” y “trazar nuevas trayectorias”.
No se escondió el purpurado brasileño, una de las figuras claves para entender qué sucederá tras el Sínodo de la Amazonía en toda la Iglesia. Es más: no tuvo necesidad siquiera de abundar en los dos grandes temas que, desde Europa, se esperan escuchar (sacerdotes casados y mujeres). No hizo falta. “La Iglesia necesita caminar. Ella no puede permanecer sentada en su casa, cuidando sólo de sí misma, encerrada entre paredes protectoras. Y menos aún mirando hacia atrás, añorando los tiempos pasados. La Iglesia necesita abrir sus puertas de par en par, derrumbar los muros que la rodean y construir puentes, salir y echar a caminar a lo largo de la historia”, y todos entendieron.
Por si acaso, casi al final de su intervención, lo dejó meridianamente claro:
“La Iglesia se alimenta de la Eucaristía y la Eucaristía edifica a la Iglesia (san Juan Pablo II). La participación en la celebración de la Eucaristía, por lo menos el domingo, es fundamental para el desarrollo pleno y progresivo de las comunidades cristianas y la verdadera experiencia de la Palabra de Dios en la vida personal. Habrá que trazar caminos hacia el futuro. En el proceso de escucha las comunidades indígenas, aun confirmando el gran valor que atribuyen al carisma del celibato en la Iglesia, solicitaron que se abra camino a la ordenación sacerdotal de los hombres casados que en ellas habitan [los viri probati], considerada la gran carencia de curas que aflige a la mayoría de las comunidades católicas de la Amazonía. Asimismo, siendo hoy muchas las mujeres al frente de las comunidades amazónicas, han reclamado que su servicio sea reconocido y fortalecido mediante la creación de un ministerio para las mujeres que están al frente de las comunidades”.
Publicación tomada de: https://www.religiondigital.org/vaticano/Hummes-Iglesia-par-derrumbar-construir_0_2165483444.html