Ayer celebrábamos el día internacional de la mujer, prensa y televisión se hizo eco de esta fiesta, ser mujer, marchas en favor de la mujer revindicando derechos y denunciando maltrato a la mujer, marginación y exclusión de la mujer, celebrando las conquistas alcanzadas en la lucha por la igualdad con el hombre. Ciertamente vivimos en un mundo de desigualdades, los poderosos han querido siempre dividir, clasificar, primer mundo , tercer mundo, hombres ricos, hombres pobres.
Mas Dios creó al hombre y la mujer iguales en su dignidad a imagen suya les creó “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó y los bendijo” ( Gn.1,27-28)A lo largo de la historia la mujer ha estado presente como protagonista de grandes gestas que dejaron huellas imborrables. Dios quiso escoger para la encarnación de Cristo una mujer, la Virgen María, mujeres fueron como los hombres artífices de grandes reformas, grandes mujeres santas como Santa Teresa de Jesús y a lo largo del camino marcaron hitos y son puntos referenciales donde poner nuestra mirada.
Hoy quiero referirme a todas esas mujeres de las que poco se habla de las que pasan desapercibidas en la historia de este tiempo, de las que también con gran valentía dieron un paso al frente con un si generoso que les llevó atravesar fronteras, surcar los mares y volar por los aires, volaron muy alto y aterrizaron en el desierto de África o en la selva amazónica de América, o en las infinitas islas de Asia. Si a ellas, ¡las mujeres misioneras¡No se detuvieron a pensar ¿por qué el dolor en el mundo, por qué la violencia y las diferencias? Mas bien contemplaron una necesidad, un vacío, una injusticia, una miseria un niño que muere por hambre o un anciano que muere en soledad.
Quisieron ser como el buen samaritano que no pregunta al que está maltrecho en el camino ¿ por qué te apalearon?, mas bien sanaron sus heridas y lo cargaron en su cabalgadura, que fueron como el cirineo del viacrucis, ante tantos que caminan al calvario con su pesada cruz a cuestas. Como la verónica limpiando y enjugando rostros desfigurados camino del calvario, mujeres valientes que rompen protocolos y atraviesan barreras, firmes junto a la cruz y fieles a la verdad, con un corazón desbordante de amor que hacen de madre y hermana, si, las mujeres misioneras consagradas.
Hoy en este día de la mujeres, me quitó el sombrero antes estas mujeres que han dado la vida acompañando a los más pobres en nuestros pueblos indígenas, si, no las inventamos comparten con nosotros su vida y su tiempo, forjaron su corazón generoso entre la lluvia y el sol de estas tierras.
Con una voluntad tenaz, capaz de desafiar el paso de los años ,poniendo su mirada en lo alto, como en la palmera cargada de rojos chontaduros , pisando lodo en la trocha de la selva, enseñando el catecismo a los niños o mayores en la casa comunal o en la capilla del poblado, socorriendo y visitando a los enfermos, sembrando sueños en el corazón de los jóvenes, si, ¡las mujeres misioneras consagradas¡ si ellas hicieron de madre y de médico, ellas fueron paño de lágrimas a tanto sufrimiento.
Su fe y su esperanza fue tan grande en un Dios providente, que nunca les falló cuando en El confiaron, se casaron con un esposo que nunca les podía ser infiel, amigo y maestro, se dejaron llevar por el impulso del Espíritu de amor, desafiando tormentas y pacificando conflictos, siempre mensajeros de paz y de alegría . si, ellas son ¡las mujeres consagradas misioneras!
A ellas mi felicitación y mi oración en este día de la mujer, creadas a imagen de Dios, ellas, servidoras de Dios por opción, desgastado su vida ,para que otros también la tengan, vida en plenitud. ¿Qué sería de la evangelización ad-gentes sin mujeres? Dios bendice a su Iglesia con las mujeres misioneras por opción.
Rafael Cob