Al final la avanzada de Duque optó por tapar las matas de coca para que las cámaras y los presidentes no las vieran. Bolsonaro no llegó. Se disfrazó todo el espacio con matas de plátano y palma. Algunos indígenas fueron invitados para hacer una ceremonia de bienvenida pero no para hacer parte de los diálogos que se centran en el establecimiento de un ‘Pacto Amazónico’. Mientras tanto, territorios de la cuenca amazónica colombiana se vacían poco a poco, sus pobladores siendo forzados fuera de los territorios por la reactivación del conflicto armado y el deterioro de sus formas de vida.
El Amazonas no se puede ‘conservar produciendo y producir conservando’ como propone Duque. Eso es capitalismo verde: extractivismo adornado con hojas de plátano. Es fundamental poner al centro de la acción a la gente que habita la selva. Su cultura, tradición y conocimiento son la clave para apagar el incendio.