Muchas veces hablamos del tiempo como si fuera algo ordinario de lo que la gente cuando no sabe por donde empezar al entablar una conversación empezamos diciendo: hace buen tiempo, que tiempo tenemos, el tiempo ha cambiado, como pasa el tiempo, y así podríamos decir miles de expresiones en que la palabra tiempo se hace presente en nuestro lenguaje.
¿Pero qué es el tiempo? Ayer escuchaba a un emigrante Ousman, la historia en un luchador pasando ese infierno por el que pasan tantos emigrantes, en la conversación que mantenía con el público, al final decía algo que me hizo pensar, “gracias por el tiempo que me habéis dedicado, porque es el regalo más valioso, el tiempo es la cosa más importante en nuestra sociedad, el tiempo es lo único que no se puede sustituir, lo más valioso que tenemos es el tiempo.”
Ciertamente si nos ponemos a pensar y más cuando cumplimos años o aniversarios no podemos dejar de referirnos al tiempo, el tiempo es vida y la vida solo la da Dios y Dios dueño del tiempo nos da a nosotros ese tiempo que es vida, decimos el pasar del tiempo y ciertamente es como un pasar, pero nadie sabe cuánto tiempo nos dará Dios para vivir, hoy estamos aquí mañana no sabemos si estaremos, pero debemos saber para qué, Dios dueño de la vida y el tiempo, principio y fin, nos da el tiempo o nos da la vida, he ahí la razón de nuestra vocación que solo tiene sentido sabiendo, que es lo que tenemos que hacer en ese tiempo de vida que Dios nos da.
Nosotros creemos que el tiempo corre y queremos dividir el tiempo, de hecho en nuestra mente lo dividimos en días, en meses, en años o en siglos ¿cuántos años tienes? ¿Cuántos años vivirás? Nadie sabe el tiempo, solo Dios dueño de la vida y el tiempo nos dará el tiempo suficiente para lo que el quiere que vivamos o hagamos.
El hombre inicia muchas cosas, proyectos, unos parece que les culmina otros que solo los empieza y otro los termina, pero en realidad es Él, donde todo comienza y todo termina. Por lo cual aunque tantas veces no seamos conscientes de la importancia que tiene el vivir en el tiempo, el tiempo es insustituible como insustituible es Dios.Junto con el tiempo hay otra palabra que está relacionada intrínsecamente con el tiempo, es el lugar, el espacio donde vivimos, el tiempo donde realizamos nuestra vocación, el lugar donde estamos, compartimos, trabajamos. Nosotros no elegimos ni el día ni el lugar de nuestro nacimiento, en cualquier lugar del mundo se puede ser feliz, se puede gozar y se puede sufrir, se puede triunfar y se puede fracasar. El gozo y el sufrimiento es parte esencial del vivir humano.
Pero ciertamente, que cada uno de nosotros que somos parte del pensamiento de Dios tenemos también un lugar pensado por Dios para realizar su proyecto, así como, nos da un tiempo nos da un espacio. Quizá muchos de nosotros nos parece que elegimos el lugar de nuestro trabajo o de nuestro vivir. Ciertamente que el lugar donde vivimos es muy importante, saber ubicarnos, estar en el hueco exacto del puzle de este universo, somos una pieza insustituible, ninguna pieza encajará sino la nuestra para que ese hueco se llene, el lugar decimos a veces, no importa en un desierto Dios puede hacer nacer el agua y transformarlo en un jardín, igualmente la selva donde vivimos puede transformarse un día en un desierto.
En la vida humana que nosotros dividimos en etapas, infancia, adolescencia, juventud, adultez y ancianidad, vamos como corriendo o moviéndonos en el tiempo y en lugares diferentes, en mi infancia donde nací un pueblecito de Burgos, España, donde viví mi infancia nunca imaginé que vendría a vivir otra etapa de mi vida en un lugar tan diferente de aquel como esta selva, de un continente como aquel Europa, venir a un país la mitad del mundo, Ecuador y dentro de este país tan diverso, llegar a un lugar como la Amazonía, donde la creación de Dios pareciera que no ha sido manipulada por el hombre, cuando nos internamos en ella y contemplamos la maravilla de la creación divina y vemos árboles centenarios y signos de ese amor de Dios como el agua y la vegetación exuberante, que pensáramos que esto es parte de aquel paraíso donde Dios colocó a la primera pareja humana.¿Importa el lugar donde vivimos? ¿importa el qué hacemos en el lugar donde estamos? Importa el cuándo y el donde, porque los dos están íntimamente relacionados cuando se piensa ¿qué es lo que Dios quiere que haga y donde quiere que lo haga? pero lo más importante realmente es hacer lo que Dios quiere que haga. Hayas elegido el lugar o te le hayan elegido, lo que debemos saber es para qué estamos en este lugar. Dios nos da la vida y el tiempo para amar porque estamos hechos a imagen de Él y Él es amor, donde quieras que estés ama como Dios te ama a ti.
Por eso hoy quiero agradecer a Dios amor que me regaló la vida, que me puso en este lugar y que me rodeo de personas como ustedes para juntos trabajar y hacer realidad sus sueños. Los sueños de Dios.
Por ello, cuando en la división del tiempo que hacemos los humanos, porque para Dios que es eternidad no cuenta el tiempo que vivimos sino realizar en el tiempo lo que Dios quiere, mucho en poco tiempo hacen mucho más que otros que en mucho tiempo pareciera que no hacen nada. Pero no estamos para no hacer nada. Cuando en esa fracción del tiempo entramos en una década más como en mi caso, cambiar de dígito y llegar a los 70 años, pareciera que son pocos años o muchos años depende del que lo mira desde fuera o la vive desde dentro.Lo importante es agradecer cada día a Dios que nos da la posibilidad de vivir, de hacer, de compartir, de amar y de servir. Por ello, doy gracias a Dios por estos 70 años de vida y por los 45 años de servicio sacerdotal a su Iglesia.Por muchos años que vivamos nos parecerán quizá pocos, cuando tenemos deseos de hacer muchas cosas, y la vida la vemos cada día como un nuevo amanecer o nos parecerán muchos cuando vemos a la vida como un atardecer o un camino que un día temprano se termina.
Para terminar decirles que esta mañana subí a la terraza y apenas quería salir el sol, caminaba por ella mirando al Oriente queriendo ver cómo salía el sol, verdaderamente algo digno de contemplar. No me imaginaba de lo rápido que el sol se alzaba y no paraba de subir a pesar de algunas nubes que pareciera que lo ocultarían y no dejaban ver ese maravilloso espectáculo pero el sol nunca paró de subir y entre las nubes seguía ascendiendo las nubes quedaron debajo de él y su luz se hacía cada vez más potente hasta ya no poder mirarle fijo, pero su luz iluminaba toda la selva alrededor. Cada día podemos aprender, mas bien debemos aprender a contemplar la sabiduría que Dios con su creación nos enseña. Estamos llamados a ser luz como el sol, debemos iluminar con nuestro vivir, no podemos dejar de caminar a pesar de las nubes del camino, la luz sigue mas allá.
Hoy pidamos a Dios la sabiduría para vivir este tiempo que Dios nos regala y en este lugar que el nos ha puesto en este momento, allí donde estas siempre puedes amar y servir porque servir es amar, amemos y construyamos junto ese sueño en nuestra Iglesia particular del Vicariato de Puyo donde estamos ahora, gracias por su presencia y recen por mí para que en verdad haga lo que Dios quiere no lo que yo quiero.